La cuenca como unidad dinámica y natural refleja las acciones recíprocas entre el suelo,
factores geológicos, agua y vegetación, proporcionando un resultado de efecto común:
escurrimiento o corriente de agua, por medio del cual los efectos netos de estas acciones
recíprocas sobre este resultado pueden ser apreciadas y valoradas.
Todo intento de restauración del cauce será infructuoso si no se corrige la actividad o
proceso que está afectando al régimen de caudales (ej. Incremento de avenidas por cambios de
uso del suelo, deforestaciones, drenajes, etc.) o al de sedimentos (ejm. Erosiones por incendios
forestales, construcción de vías de infraestructura, prácticas agrícolas, etc.) que llegan al tramo
objeto de estudio. Dicho régimen de caudales o de sedimentos puede verse también alterado por
la regulación de caudales en tramos de aguas arriba, y en ese caso será necesario revisar su
efecto; antes de proceder a cualquier restauración o mejora fluvial en el tramo afectado.
me parece que tienes la razon ya que nuestra cuidad ha cambiado mucho y sobre todo en su infraestructura
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